martes, 16 de diciembre de 2008

LAS NAVIDADES EN GUARENAS, GUATIRE Y ARAIRA

COMO ERAN LAS NAVIDADES DE GUARENAS, GUATIRE Y ARAIRA


La navidad es el momento del año cuando los venezolanos expresan con más fuerza y riqueza su identidad cultural, su diversidad musical y su unidad culinaria resumida en la hallaca como plato central. También, constituye el ciclo festivo de mayor importancia dentro del calendario religioso popular tradicional venezolano.

Por ello, en este reportaje quisimos investigar, como se celebraban las navidades en Guatire, Guarenas y Araira, a fin de recordar las viejas tradiciones que han ido perdiendo con el paso de los años.

NAVIDAD EN GUATIRE

En Guatire, tal como lo señala Luis Martus, cronista de la Ciudad, a mediados del siglo XX, “las navidades o la “Pascua” eran fiestas muy familiares, entre amigos, en un ambiente de bucólica remembranza. Cuando llega el mes de diciembre, incluso antes, el ambiente refrescaba y la neblina se hacia intensa por efecto de los inmenso cañaverales que circundaban el poblado, y un frió no entumecedor, no ofensivo, se colaba por las rendijas ostentosas de las casas de caña amarga y bahareque.

¡Llego Pacheco! Era la exclamación que venia desde los caminos verdes de la capital. “Los parroquianos se cruzaban los brazos y sacaban a relucir sus apolillados y bien usados abrigos. Los escolares se preparaban para gozar de las vacaciones y en las casas de las familias preparaban semilleros de maíz para que las plantitas sirvieran de ornamento al nacimiento y pesebre que habrían de preparar”.

Casitas y ovejitas producidas en el seno domestico, papel de estranza, cajas y lucecitas servían de marco a las figuititas de José, María, la mula y el buey, a la espera del nacimiento del Niño Dios. Los pesebres eran colocados en los amplios ventanales de las viviendas del poblado y era como una vitrina dada a la competencia.

En ese entonces se comenzaba a vislumbrar los primeros arbolitos de navidad. Una rama seca seria de fundamento, la cual era recubierta con espuma jabonosa y adornada con flores, lazos y lucecitas de colores. Era un adorno más dentro del concierto ornamental de la Navidad. En la iglesia, en una de las naves laterales se preparaba el nacimiento monumental. Manos laboriosas con carácter “ad honores” se prestaban diligentes para la gloriosa y honrosa labor.

A partir del día 16 de diciembre comenzaban las misas de aguinaldo. A las cinco de la madrugada, los parranderos, al compás del furrucu, la tambora, el cuatro, las maracas, flautas y violines, entonaban sabrosos aguinaldos (villancicos).


Cualquier día decembrino, muy de mañana la juventud guatireña, lucía sus destrezas en el patinaje, utilizando las aceras de la plaza 24 de julio y las de las polvorientas calles del pueblo. Algunos degustaban arepitas dulces de Isabelita, y el rico y oloroso cafecito de “Olivito”, en “Las Cuatro Esquinas”. Otros entonaban el paladar con una taza de chocolate hirviendo.

En los barrios se organizaban Parrandas de Aguinalderos, los cuales visitaban los pesebres familiares, entonando villancicos, e improvisando aguinaldos dedicados a los anfitriones. Allí se realizaban comidas y dulces criollos.
Era la apoca de las hallacas, plato emblemático del venezolano en Navidad. De su preparación se encargaba las abuelas, las madres y el resto de la familia. Era el plato fuerte de la navidad y el advenimiento del Año Nuevo.
Se preparaba – señala Martus- el famoso “Carato de Acupe”, hecho con maíz recién germinado, así como también, el dulce de lechosa, el de cidra, el de cabello de ángel, el de higo y el de orejón. Estos platos representaban el intercambio navideño de las amistades. En una bandeja se conducía el regalo a la familia obsequiada, y en la misma bandeja se intercambiaban los dulces.

Una comisión o junta de ciudadanos, nombrada por el Concejo Municipal de turno, se abocaba a organizar las fiestas navideñas. Se recogía dinero entre los pobladores y, en especial, de los hacendados. Entre otras cosas preparaban tres tardes de toros coleados. En la Calle Miranda o Calle Real, desde el Calvario hasta el Cerro de Piedra, trancaban las calles con “talanqueras de bambúes.

Se organizaban competencias de cintas, carreras de sacos, el “palo encebado” y se quebraban piñatas muy bien adornadas, los muchachos, entre los que estaba Luís Martus, se escuchaban detrás de las talanqueras en ocasiones, se colgaban de los ventanales de las casas vecinas.
En la noche del 24 se celebraba la “Misa de Gallos” y el sacerdote descubría la imagen del niño Jesús. Los feligreses desfilaban para besar la sagrada imagen. Afuera, en la plaza se celebraba una retreta, amenizada por la Filarmónica de Don Regulo Rico. Los pequeños se retiraban a sus casas con el afán de acostarse y esperar el alba para recibir el “regalo” del niño Jesús.
El 31 de Diciembre, se despedía al “año Viejo” con una misa de acción de gracias. A las doce de la noche se escuchaban un cañonazo que, desde la colina de El Calvario esparcía su estruendo por todo el ámbito pueblerino. En la plaza se entonaba el Himno Nacional y los guatireños, todos, sin distinción, se daban el abrazo de año nuevo. El ¡Feliz Año! Se distinguía desde la iglesia y se esparcía por calles y plazas del amado pueblo. Luego se retiraban a sus hogares a compartir en familia.

Posteriormente, el seis de enero, día de los Reyes Magos, tres jinetes vestidos a la usanza de la época, fungían de Melchor, Gaspar y Baltasar. Se paseaban por las calles de Guatire, en especial exhibían sus destrezas y gracias en la colina de El Calvario..


NAVIDAD EN GUARENAS.


En los hogares guareceros comenzaba la navidad a partir del primero de noviembre, se pintaban las fachadas de las casas y las ventanas eran adornadas, tal como lo señala Elio Bolívar, cronista de Guarenas, con flores de papel. Asimismo se montaba el tradicional nacimiento y en algunas casas arbolito de Navidad.

Se realizaban las misas de aguinaldos desde el 16 hasta 24 de diciembre. En la plaza Bolívar y sus alrededores, luego de la misa, se efectuaba las grandes patinatas, así como también los guareceros podían degustar de las arepitas dulces y el café negro.

El abrazo de “Año Nuevo” era dado entre familiares, amigos y vecinos, saliendo a las calles y a la plaza Bolívar, se acostumbraba a brindar y compartir con hallacas, ponche crema, pan de jamos y dulces típicos de la zona como los dulces elaborados por la familia Mendoza, entre los cuales destacan: pelota, dulce de lechosa y cabello de ángel, conserva de coco y de sidra, mermeladas de extraordinario sabor.

Asimismo, en la casa de los Mendoza se preparaba el menú del día a los visitantes. Se recuerdan los pancitos llamados “Cariño” de los hermanos Urbina. Las galletas dulces preparadas por la señora Chapellín y el delicioso vino hecho a base de miel. Elaborado por Miguel Chapellín. Los deliciosos manjares de la Señora Carmen Cecilia Vásquez. Igualmente, se podían disfrutar los exquisitos majaretes, el tequiche y otros platos realizados por las hermanas Cabriles.

Por otra parte, en las distintas parroquias y colegios se presentaba el Nacimiento del Niño Jesús, tradición que se mantiene hasta la actualidad.

Cuenta Elio Bolívar, que hace muchos años, en el Cerro de las Animas, parte alta de Guacharacal, hoy barrio Las Palmas, se colocaba antes de las doce de las noches del 31 de diciembre, un bambú al que se le agregaba carburo y agua, lo que causaba una reacción y explotaba fuertemente produciendo el cañonazo, el cual era esperado por la gente del pueblo para darse el tradicional abrazo de Año Nuevo, este trabaja estaba a cargo del Señor Eusebio Antonio Gil “Petrón”, quien con entusiasmo se encargaba de este oficio anualmente, así como también de organizar las tardes de toros coleados de Guarenas.

Dentro de otros recuerdos gratos de las Navidades guareneras de ayer destaca el nombre de Jesús Maria Marrero, quien cumplía todos los 25 de diciembre con la bella tradición de llenar toda una habitación con juguetes de calidad, muñecas, pelotas, carros entre otros, para regalar a todos los niños del pueblo. Igualmente a las viejitas les obsequiaba una botella de vino, un corte de tela, una cobija. Sin ticket, sin hacer cola ni anotarse en una lista, asistían tanto personas humildes como de posición a recibir los regalos de Navidad.

El dia de reyes se acostumbraba, y aun se mantiene, realizar el paseo de los Reyes Magos por las principales calles y avenidas. Esta celebración se originó en 1974, por la inquietud de varias personas para alegrar a los niños de la población en la época navideña.
Lo que comenzó como una actividad, luego se convirtió en Fundación, la cual se encargaba de preservar la tradicional bajada de los Reyes , la cual esperaban ansiosamente grandes y chicos.
Una persona importante en el inicio de esta tradición fue el profesor Francisco Azcona López. El recorrido partía desde su casa, paseando por las calles, avenidas, barriadas y urbanizaciones de la localidad, llevando alegría, caramelos y juguetes. El horario de recorrido era de ocho de la mañana a diez de la noche.

Los caramelos y juguetes eran donados por los comercios de la localidad, los caballos eran alquilados y el vestuario adquirido por la Fundación. Es importante señalar, que esta tradición se ha mantenido gracias al entusiasmo del pueblo guarenero, que la reclama año a año, un aspecto resaltante es que la identidad de los Reyes Magos es desconocida, a fin de mantener la ilusión infantil.



LA NAVIDAD EN ARAIRA


La Navidad como fiesta Universal, se comenzó a celebrar en Araira tal como lo señala Nelly Pittol, antropóloga, en el siglo XIX. Con la llegada de los italianos a estas tierras se consolida como una fiesta, pues los europeos trajeron ese fervor por celebrar la Navidad, así como trajeron la devoción a la Virgen del Carmen.

Asimismo, comenta Pittol, la celebración de la Navidad esta relacionada con la Iglesia, la motivación que daba el sacerdote y por la participación que tenía la gente dentro de la celebración.

En 1952, Araira nace como Parroquia eclesiástica y es quizás a partir de esa fecha, de una manera más organizada, comienza a celebrarse la Navidad como fiesta religiosa.

Anteriormente, el adorno principal de la Navidad era el Nacimiento. Se utilizaban muchos materiales, provenientes de la naturaleza para elaborar los adornos de navidad. Tal es el caso de las piñas grandes de los árboles, las cuales eran decoradas con escarcha.

El 16 de diciembre, con la celebración de la primera misa, era cuando arrancaba oficialmente la Navidad en Araira, aunque desde las ultimas semanas de Noviembre en muchas casas ya se estaba elaborando el nacimiento.
De las navidades araireñas se puede recordar, el nacimiento del Padre Juan Asemajer, (la década de los 70), el cual fue una novedad porque lograba que las piezas del nacimiento mecánico, que fue la sensación en aquel momento. Igualmente no se pueden olvidar las misas de aguinaldos, amenizadas por los Trovadores de Araira (grupo de gaitas, conformado por los jóvenes de la comunidad) y las damas de la sociedad del Carmen.

Asimismo, estaban las fiestas para los niños, para las cuales se recolectaba dinero a fin de regalarles presentes a los niños de la comunidad para la noche del 24 de diciembre los ancianos también recibían sus regalos ese día.


Igualmente, el 24 de diciembre en muchas casas se elaboraban las hallacas. Cada uno tenía su trabajo, algunos se encargaban de lavar las hojas, otras de cortarlas, otras preparaban el guiso y la masa y otros se encargaban de la decoración. Era una actividad que se realizaba en familia.


Luego de la cena y la misa de Nochebuena, la población salía a las calles a visitar a las amistades para intercambiar las hallacas o dulces de cabello de ángel, de sidra o de lechosa, y los niños esperaban ansiosos las doce del as noche para abrir sus regalos y ver qué les trajo el Niño Jesús ese año.

El 31 de diciembre eran inolvidables los bambúes a la orilla del rió (detrás de la calle Bolívar), los cuales eran los fuegos artificiales de aquella época. Se le abrían el boquetito y con una mezcla hecha a base de carburo, se detonaban estos explosivos. Una vez que comenzaba a sonar el primero, iban en seguidilla a sonar los demás.

También se elaboraban comidas como el pernil, el pan de jamon, el ponche cremay, en algunos casos, si no sobraban hallacas del 24 se elaboraban más el 31.

Se asistía a la misa y se cenaba en familia para esperar el cañonazo. Posteriormente las calles araireñas se llenaban de gente para saludar y dar el abrazo de Año Nuevo. Durante algunos años se realizaron fiestas en los clubes, en los cuales tocaban Los Trovadores de Araira.

El dia de Reyes se hacia una misa y se esperaban los regalos. En la década de los ochenta, el Padre Bernardo, introduce junto con la colonia portuguesa, el paseo de los Reyes por las calles del pueblo, al ritmo del acordeón, se improvisan versos y se cantaban canciones navideñas. Se repartían caramelos, tortas y refrescos a los niños de la parroquia.

Yarimar Fernandez
yarimarfernandez@yahoo.com

Diario La Verdad.
Guarenas- Guatire, Viernes, 12 de Diciembre de 2008.
Paginas 16-17

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