martes, 9 de diciembre de 2008

El abolengo de las Pascuas guareneras













































Hasta la década de los años 50, los guareneros, disfrutamos de unas festividades Pascuenses, realmente esplendorosas, no tanto por su lujo sino más bien por sus características llenas de sabor de pueblo y de reliquias, Las misas de aguinaldo comenzaban el 16 de diciembre y se terminaban el 24 en la llamada “Misa de Gallo”. (Según he podido indagar, Venezuela es probablemente el único país de América Latina en donde se celebran estas misas).

Para las décadas de los años 20 y 30, cuando el cura párroco de Guarenas era presbítero Barraquer y su sucesor el padre Francisco García las celebraciones de estas fechas eran realmente esplendentes, según pudimos conocer a través de la tradición oral de varias personas octogenarias y de mayor edad. Desde el 21 de noviembre de cada año hasta la fiesta de Reyes, gran parte de nuestras calles, especialmente desde, la calzada situada en el cruce de las calles Dr. Presbítero Régulo Fránquiz con calle General José Félix Ribas hasta el sitio del “Guacharacal”. (Hoy se le conoce, como el cruce de la calle Bermúdez, con calle Comercio, hoy llamada calle Real) en todo lo largo y ancho de esa vía se colocaban guirnaldas y luces de colores; así como todas y cada una de las ventanas que daban hacia esas calles, durante más de 2 meses, y se mantenían adornadas con floreros tanto con flores naturales como de papel y a todo lo largo de las llamadas Subida de Piedra y Los Almendros se vendían todo tipo de granjerías.

El espectáculo que presentaban nuestras calles durante esos dos meses era realmente sobrecogedor. Tanto los visitantes a nuestras fiestas patronales de nuestra Virgen de la Copacabana, como los que venían para pasar pascuas y año nuevo con sus familiares, quedaban gratamente impresionados por el recibimiento.

Era ya una costumbre muy arraigada el unir nuestras festividades patroniles, con las fiestas decembrinas. En estas celebraciones, no podían faltar las corridas de toros, Guarenas tuvo 3 plazas de toros, una estaba en la calle Bolívar, cruce con la calle 5 de Julio. La otra en la calle Arismendi cruce con calle Páez, muy cerca de “la trilla”, y la última de éstas situada donde hoy está nuestro mercado municipal en la calle Ricaurte con calle Comercio. En estas plazas llegaron a torear famosos diestros de la categoría de: César Farazo “El Halcón de los Andes”, Moisés Hugas y “El Diamante Negro” igualmente toreros guareceros como: Elpidio Berroterán, “Chucho” Silva y Rafael Báez.

Por muchísimos años nuestras tardes de toros coleados se realizaban en la llamada “Calle Real” hoy calle Comercio y posteriormente en la calle Andrés Bello. Para la década del 70 nuestros toros coleados se hacían en la Zona Industrial Maturín. Es de justicia señalar que el máximo amante de ésta actividad lo fue por mucho tiempo Antonio Gil “Petrón”. También durante todo éste periodo se realizaba desafíos de gallos. En lo referente a las comidas decembrinas de los Guareceros, se destacan: las hallacas, el pan de jamón, lechón asado en tierra, dulce de lechosa, cabello de ángel, membrillo, torta negra y la famosa conserva María Luisa. Hasta la llegada del padre Argentino “Sabena” a Guarenas, nuestras misas de aguinaldos se efectuaban a las 4 de la mañana. Al terminar la misa, todo los feligreses salían en romería al compás de cánticos sacros, rezos y aguinaldos a recorrer toda la llamada “Llanada”, donde en cada una de estas esquinas los esperaban las vecinas con café y arepitas de anís dulce. Al regresar a la iglesia comenzaba el patinaje y paseo en bicicleta hasta la población de Guatire.

Los más recordados nacimientos de nuestra Guarenas han sido primeramente los de la Calle 5 de julio del Pueblo Arriba:
Sra. Maria de Sousa y Luís Arocha.
En la llanada (Calle comercio), los nacimientos de:
Josefa León Viuda de Vera
Aura Bermúdez de Vera
Familia Orta
Familia Mendoza

En el sector “El Parque” la Familia Silva y el nacimiento más destacado el de nuestra Iglesia Catedral cuyas figuras fueron construidas en su mayoría por el maestro Antonio María Piñate.
Hoy en día alguno de estos se mantienen a través del tiempo.

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